No renuncies a tu vida por ningún hombre

Una de las sensaciones más frecuentes tras una ruptura es la de haber invertido demasiado en algo que no salió a cuenta. En ese momento es tarde para echar atrás, y quizá en el fondo pienses que todo lo que entregaste por amor lo volverías a hacer. No digo que haya que estar con una calculadora en la mano para ver lo que recibes a cambio de lo que das, pero hay un término medio ideal en todo esto.

Recuerdo una ocasión en que estaba conociendo a un chico de otra ciudad. Iba al fin a venir a verme, y yo tenía en esos días un curso que me iba a venir muy bien para mi futuro profesional. Estuve a punto de no hacer el curso, de lo ilusionada que estaba con él. Por suerte, acabé haciéndolo, y le dije que viniera cuando yo estuviera menos ocupada. Pensé que sería una tontería dejar pasar la oportunidad por algo que aún no era nada firme en mi vida. De hecho, aquella relación no cuajó, y me alegré infinito de no haber cambiado mis planes por él. Pero aunque estés ya dentro de una relación, tampoco debes ir dejando de hacer cosas que harías sin tener pareja. 

Somos personas completas, no medias naranjas, y así debemos comportarnos siempre. Si él es igual y entiende que todo lo que te hace crecer como persona redundará en beneficio de la pareja, seréis más felices. Será una pareja más enriquecedora. Me horrorizan esas parejas que todo lo hacen en común, que parecen clones, que alimentan una dependencia mutua que da grima.

Ejemplos hay muchos, pero por citar los más frecuentes, no dejes de trabajar porque tengas pareja, ni olvides a tus amigas, ni pienses que ya lo tienes todo en la vida. Puede que tu gran sueño sea estar feliz en una relación de pareja, pero ninguna relación viene con garantía de durar para siempre, y aunque no acabe nunca, siempre debes reservar una parcela propia donde seas tú misma, no la acompañante de él.

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Qué debes hacer para no perder a un hombre

Antes que nada, por si hace falta aclararlo, nunca debes quedarte con un hombre que no te conviene. Así que vamos a hablar de ese hombre valioso que quiere lo mejor para ti. 

Ninguna relación viene con certificado de garantía, nadie te asegura que eso vaya a durar para siempre, pero hay ciertas cosas que te pueden ayudar a reducir el riesgo de perder a ese hombre especial. Porque, si decides sufrir por amor, siempre habrá motivos. Es decir, primero sufres porque él no llega a tu vida, y luego, porque temes perderlo. Y ese miedo es uno de los peores enemigos que puedes tener. Si él nota tu inseguridad, tus celos enfermizos, tu falta de confianza, todo eso va a lograr justamente que se aleje de ti. 

La cosa más importante que puedes hacer para no ponerte paranoica con este tema, es tener el aplomo de decir: si me quedo sin esta relación sabré salir adelante. Si él te ve como una mujer capaz de hacerse cargo de su propia vida, te admirará y querrá que te quedes, a no ser que se trate de un psicópata que quiere tenerte a su lado porque te nota necesitada y así se siente él importante. Así que déjale claro que estás con él porque lo eliges, no porque lo necesitas para todo, y déjale claro también, que si la cosa no funciona o él te hace alguna jugada, que no lo vas a consentir y le cerrarás la puerta. Con esto conseguirás que, en todo caso, el que tenga temor de perderte, sea él.

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Tira la toalla con los hombres... pero recógela luego

Todas nos hemos sentido alguna vez quemadas con el asunto del amor. Buscas y esperas, a veces durante años, y solamente conoces sapos. Llega un punto en que dices, hasta aquí, paso, no voy a enamorarme nunca más. Y no pasa nada, son momentos necesarios, hay que descansar también en el camino hacia la felicidad amorosa. Y justo cuando tiras la toalla, puede ocurrir que conozcas a alguien que merezca la pena. ¿Por qué ocurre esto? Puede que sea una ley de Murphy o una llamada al universo, pero la realidad es que en ese momento te relajas, dejas de obsesionarte, eres simplemente tú viviendo tu vida. Y eso se nota desde fuera, ellos lo notan. 

Y si no aparece nadie, será que no es el mejor momento. Pero no vayas a quedarte en ese punto de renegar de toda la raza masculina en conjunto. Hay hombres muy tóxicos, pero también los hay buenos, y no te haces ningún favor cerrando la puerta por completo. Déjala entreabierta y para la próxima no te ilusiones antes de tiempo, para ahorrarte disgustos.

Otro consejo importante que te doy es que no arrastres tus fantasmas pasados a tus relaciones futuras. Puede que una buena relación se estropee por tu miedo a que te lastimen otra vez, o porque ese hombre acabe harto de escuchar una y otra vez lo mal que lo pasaste con otro. Tienes que aprender a utilizar el dolor pasado como experiencia para crecer como persona, y si permites que tu pasado te impida ser feliz, es que no aprendiste nada. Eres alguien más fuerte después de superar una ruptura, así que sal ahí afuera, con precaución, pero sin miedo.

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Lo que no debe faltar en tu relación de pareja

A veces caemos en el error de querer compartirlo todo con nuestra pareja. A ver, sería ideal poder hacer todo lo que nos gusta con el compañero de vida, pero no es imprescindible estar en plan siameses, así que no te frustres si no compartís el cien por cien de aficiones e intereses. Puedes tener a otras personas para compartir aficiones, y él también.

Ahora bien, hay que centrarse en los aspectos básicos que no pueden fallar en tu relación de pareja. Se trata de esas cosas exclusivas que haces con él, sin ir más lejos, la compatibilidad sexual debe ser alta. Otra cosa importante es que sientas que formáis un equipo, que os vais a respaldar frente al resto del mundo, que tenéis la tranquilidad de que el respeto y el cuidado mutuo están garantizados. 

Los ideales comunes también son necesarios, y de hecho no es probable que se cuaje una relación si no miráis en una misma dirección, aunque a veces el amor te ciega y no eres capaz de ver lo más básico. 

Algo que se necesita para el largo plazo es tener planes comunes. ¿Hijos? ¿Dónde vivir? ¿Qué hacer con el dinero? Todo eso hay que hablarlo al comienzo de la relación, para que no te sientas defraudada o presionada más adelante.

Y, recuerda, tu pareja no es el centro de tu vida, así que no esperes que sea tu reflejo en un espejo, pero tampoco le pidas menos de los puntos innegociables que te he comentado antes.

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El príncipe azul no existe

Pues eso, que el príncipe azul no existe, y es un alivio descubrir esa verdad. Quiero decir... estaría genial que existiese, claro, ese hombre perfecto que nos hará super felices, pero en el fondo es un poco injusto que ese papel tenga que cumplirlo ningún hombre. Lo mismo ocurre a la inversa, por supuesto, y hay muchos hombres que esperan a una princesa azul que nunca llegará, a pesar de que se supone que las mujeres somos más complacientes y entregadas que ellos.

Pero repito, es un alivio descubrir que el cuento del príncipe azul es un invento para convertirnos en seres pasivos que esperan a que alguien venga a resolvernos la vida. Y es un alivio porque te quita presión y frustración. Es como lo de los reyes magos, que puedes traumatizarte pensando que es injusto que nunca se porten bien contigo y sí con esa amiga odiosa, pero, oh, casualidad... ella tiene una familia con más dinero que la tuya. Entonces, cuando descubres que los reyes magos no existen, se acabó el trauma; comprendes la verdad y la aceptas.

Pues con esto del príncipe azul pasa lo mismo. Entiendes que nunca lo hubo y nunca lo habrá y entonces abres los ojos y te planteas las cosas de manera más realista. Ojo, que no digo que tengas que conformarte con cualquier sapo, que esos por desgracia sí que existen en abundancia. Pero lo dicho, no es que tengas mala suerte y nunca topes con un tipo de cuento de hadas, es que sencillamente es imposible. Y no pasa absolutamente nada, ya puedes ser feliz tú sola, y si no, tienes un problema y no se llama soltería, sino auto-estima por los suelos. 

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Novias consentidoras

Con frecuencia, las mujeres nos quejamos de que nuestros hombres son como niños. Pero pocas veces nos paramos a pensar que quizá están comportándose así porque nosotras se lo permitimos, o incluso peor, porque alimentamos esas conductas. Un ejemplo muy típico es cuando la chica habla de su pareja con expresiones como "mi niño", "mi bonito" y similares, cayendo así en una postura de excesivo mimo hacia ellos. No los ven como adultos sino como seres que dependen de ellas, o como personas independientes que pueden hacer lo que les de la gana porque ellas se lo van a perdonar todo, porque están ciegas de amor o porque piensan "es tan guapo que lo demás no importa", o por el motivo que sea. 

El hecho de tener pareja es para algunas mujeres, por desgracia, el principal y casi único objetivo en la vida, y el hecho de poder cubrir ese hueco ya es el premio, y por tanto importa más mantener la relación al precio que sea que reconocer que la cosa ni es tan bonita ni funciona tan bien. No caigas en el error de ver a tu pareja como algo tuyo como si fuera un hijo, porque no lo es. Una cosa es llamarlo "mi chico" y otra pasar ya a la palabra niño. No creas que eres su segunda madre o su protectora, ni siquiera creas que por la magia de tu amor se convertirá en otra persona mejor. 

Además, nada te garantiza que él se vaya a quedar a tu lado si lo tratas como un niño, no sirve de nada situarlo en esa posición, no es un buen truco psicológico, de hecho no hay trucos psicológicos con los hombres, por mucho que haya libros que quieren venderte la receta mágica. Puede que a ratos a él le convenga ser "tu niño", mimado, consentido y malcriado, pero el resto del tiempo se preguntará qué demonios hace con una mujer que no es capaz de verlo como un hombre y que encima se queja de que no actúa como tal. 

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Nunca mueras por amor

Hay una regla que me gusta aplicar en el terreno del amor; yo la llamo el antes, el durante y el después. Con esto quiero decir que hay que tener claro el papel que el amor tiene en nuestras vidas, en cada momento, antes de tener pareja, cuando la tienes o cuando la pierdes. Es la única manera de no caer en una depresión ni de caer en la trampa que te pones a ti misma cuando le das el papel de responsable de tu felicidad a una pareja.

De manera que el amor hay que verlo como lo que es, una parcela más de tu vida, y algo que (se supone) aporta felicidad, pero no está por encima de otras cosas, y por supuesto no está por encima de tu propia felicidad en solitario. Presta atención si te ocurre algo de lo siguiente y ponle remedio ya:

-crees que cuando llegue él a tu vida todo será mejor y maravilloso

-cuando estás en pareja dejas de hacer cosas que hacías sola

-te frustra que él no te haga feliz en todo momento

-piensas que él es lo máximo en tu vida y que morirás cuando te falte

-cuando una relación se rompe te sientes como si tu mundo al completo se derrumbase

Todo lo anterior nos lo inculcan desde todos los frentes desde que nacemos, así que lo raro es que no lo pienses o sientas, pero el desamor es una enfermedad más, y como tal, lo mejor es prevenirla antes que curarla. No le des un enorme espacio en tu vida a una relación, por muy buena que sea. Mantén tu centro y tu cordura, no enloquezcas por amor, no mueras por desamor, no languidezcas si no hay amor en tu vida. Las personas son compañeros de camino, pero no sustituyen tu parte de travesía. Vive por y para ti misma y te irá mejor, tanto si tienes amor como si lo estás buscando o si lo perdiste.

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Busca el equilibrio en tu relación

Cuando pasas por una serie de relaciones fallidas, empiezas a fijarte ya de entrada en los defectos de la otra persona. No está mal hacer eso, y es mejor que ponerte una venda y ver solo lo bueno. Pero el problema es cuando te vas al extremo de querer una relación perfecta. Somos humanos y por tanto imperfectos, tanto ellos como nosotras. 

Al conocer a una persona vas descubriendo cómo es realmente. Y habrá cosas positivas y cosas negativas. El equilibrio está en compensar lo bueno con lo malo. Haz balance cuando pase un tiempo, por ejemplo el primer año de relación, y analiza lo que ha pasado, lo que echas en falta, etc. Y entonces piensa si te compensa seguir con esa persona. Dirás que es poco tiempo, pero créeme, es tiempo de sobra para ver cómo se las gasta alguien y el potencial que tiene para mejorar.

Si ha cometido errores, ¿los ha enmendado? ¿Tiene metas? Si no logró algo, ¿sigue adelante sin tirar la toalla? Todo eso lo tienes que tener en cuenta y no cegarte por algo abstracto como decir "es que lo amo". No, primero que se merezca tu amor y ya luego se lo entregas.

La clave para saber si una relación te conviene, es pensar si te hará ser mejor persona. Si por el contrario ves que él te va a contagiar todo lo malo que tiene, su negatividad, su poco impulso por lograr metas, su cinismo, etc, entonces no sigas con él.

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Hombres tóxicos: El narcicista

Este tipo de hombre es uno de los hombres tóxicos más peligrosos que existen, porque su objetivo es deslumbrarte con sus maravillosas cualidades, y de hecho es posible que las tenga. Querrá que lo pases estupendamente a su lado, te mostrará su mejor cara, será encantador, en resumen, será difícil que no te fijes en él o te enganches antes de darte cuenta. El problema es... que todo eso no lo hace por ti, sino por él mismo. Lo único que busca el narcicista es sentirse deseado, y una vez que lo consigue, lo demás no le interesa, y tú, por duro que suene, no le interesas nada aparte de tu capacidad de admirarlo.

No es fácil desenmascarar a un narcicista, porque acabaríamos paranoicas si desconfiamos de todos los hombres atentos, amables y valiosos. Pero tampoco es imposible. Y cuando aprendas a calarlos, será pan comido.

La forma más directa de saber si estás ante un narcicista, es no hacerle mucho caso. No tienes por qué ser antipática, basta con que le demuestres que tienes tu propia vida, no acudas a su llamada rápidamente, no le des la razón en todo, no lo hagas el centro de tu universo. Este consejo, por cierto, te sirve en general con respecto a cualquier hombre, incluso cuando ya estáis en pareja, y es la mejor manera de evitar que se te derrumbe el mundo por si acaso alguna vez llega la ruptura, y también para mejorar la pareja, porque vas directa a la rutina si lo hacéis todo juntos a todas horas. 

En el caso del narcicista es doblemente importante este consejo. Ya verás cómo deja de buscarte, tanto si caes rendida como si no, porque lo único que le importa es él mismo y conquistar al mayor número de mujeres. 

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No te enamores antes de tiempo

No hay un escudo mágico que te proteja de sufrir por amor, pero a veces nos complicamos la vida absurdamente con estos temas. Y uno de los grandes errores es enamorarse sin motivo. Quizá pienses que no puedes evitar enamorarte, que el amor no es algo planificado, etc. Pero lo que ocurre cuando te enamoras indebidamente es que planificas enamorarte, aunque sea de manera inconsciente, así que date cuenta del sinsentido que supone actuar así.

Para no ir directa al desastre, piensa durante la fase de enamoramiento si estás en uno de estos casos:

-estás tan sola que eres capaz de emparejarte con tipos que no le recomendarías ni a tu peor enemiga

-quieres tener pareja de una maldita vez sin esperar ni un solo día más

-esa relación existe más en tu imaginación que en la realidad

Tienes que ser brutalmente honesta contigo misma y reconocer si te encuentras en alguno de esos tres casos. Y por supuesto debes dar un paso atrás, o ir más despacio. No digo que a lo mejor ese hombre sea el adecuado para ti, PERO ESPERA A QUE TE LO DEMUESTRE. No caigas rendida locamente de amor antes de eso.

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